Los Miserables: Del libro a la pantalla grande. (Otra vez)

   El día 14, se estrenó en México -por fin- Los Miserables, cinta dirigida por Tom Hooper (El Discurso del Rey). Siendo una de las más esperadas del año, ha dejado buen sabor de boca a su público.

Con una duración de más de 2 horas, Les Misérables -título original en francés-, es uno de los musicales más suaves, con varias nominaciones al Óscar y ganador de varios Globos de Oro, incluyendo a Mejor Actor (Hugh Jackman, por su significativo papel de Jean Valjean).

   Entre el reparto se encuentran Anne Hathaway, Amanda Seyfried, Russell Crowe, Helena Bonham Carter, Sacha Baron Cohen y la pequeña Isabelle Allen, interpretando a la adorable Cosette.

   Hooper y su producción, basaron el filme en el musical que ha tenido un rotundo éxito por años, además de estar muy apegado a la obra creada por Víctor Hugo en el año de 1862.

   Definitivamente, es una excelente adaptación que vale la pena ver, sobre todo si se es fan de los musicales, en especial, de la trágica y majestuosa historia. Cabe destacar que Jackman y Hathaway son bien merecedores de los premios otorgados hasta el momento, como mejor actor principal y de reparto, posteriormente.

   En cuanto a Bonham Carter y Baron Cohen, dan un toque humorístico y ligero a la trama; encarnando a los manipuladores Thérnadier, combinan muy bien con el resto del elenco. Seyfried -Cosette adulta-, es una imagen pura del personaje; deja boquiabiertos a espectadores con su delicada voz. Crowe también se lució como cantante; interpretando a Javert.

   Sin lugar a dudas, Les Misérables es un perfecto musical dramático que vale la pena ver. Totalmente imperdible, brillante, elegante, con un reparto de 5 estrellas y las interpretaciones de los personajes para la película, que escasea en diálogos comunes.

Anne Hathaway interpreta a Fantine.

Alvarado: Forma y Metáfora.(Un manjar visual)

   Pedro Diego Alvarado, destacado pintor mexicano, se da cita en el Antiguo Colegio de San Ildefonso desde el mes de noviembre de 2012, esto con motivo de su exposición de pinturas llamadas "Forma y metáfora", que conforman un total de 54 piezas.

La exposición se lleva a cabo en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.

   Según Alvarado, existen cientos de formas de percibir la naturaleza, y qué mejor que demostrarlo en esta fascinante exposición, donde se ven desde los más ricos frutos hasta los más bellos paisajes que se sitúan en el país. La principal intención, según dice, es pintar todo lo que percibe de la naturaleza.

   "Forma y metáfora" es patrocinada por la UNAM, CONACULTA (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes). La reacción de los visitantes ha sido buena; es una manera muy tradicional de ver lo rico que es México en general.

    La exposición permanecerá abierta al pública hasta el 10 de marzo de 2013. Los días martes, la entrada es libre.

¿Alvarado?

Pedro Diego Alvarado nació el 3 de febrero de 1956 en la Ciudad de México. Su madre era Ruth Rivera, hija de Diego Rivera, mientras que su padre fue Pedro Alvarado.

   Estudió en la escuela Nacional de pintura y Escultura La Esmeralda en 1974, dos años después, en la Academia de San Carlos, para más tarde viajar a Francia a continuar su carrera.

   * Exposiciones más reconocidas:

Las Mandarinas.

          - Galería Gabriela Orozco, Ciudad de México (1978)

          - Catedral Metropolitana (1983)

          - Galería de Arte Mexicano, Ciudad de México (1993)

          - Feria de Arte de Chicago, EUA (2000)

          - Exposición "Distancia", Galería Interart, Ciudad de México (2005)

Puesto de flores.

Contacto: pedrodiegoalvarado@gmail.com

Información biográfica de: http://www.pedrodiegoalvarado.com/biografia.htm

Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (Concierto)



El cartel oficial.

   No puedo ocultar mi emoción; se trataba de la primera vez que presenciaba un concierto de música clásica. Fui a ver a la OFCM, gracias a unos boletos ganados honradamente a través de las redes sociales. La cita se llevó a cabo en el Ollin Yoliztli, un muy modesto salón ubicado en Periférico Sur, de la Ciudad de México. Con un lleno del 80%, el espectáculo dio un buen inicio en punto de las 18 horas.

   Probablemente, para muchas personas esto sea tedioso; es música aburrida, nadie interesante canta o no es para bailar. Algo que aprendí con el paso de los años -y que quizá sigo aprendiendo-, es que se trata de la manera más deliciosa para relajarse. Algo así como un spa personalizado.

   Por lo general (y ya entrando más en confianza), las piezas conformadas únicamente de piano, son las que me ayudan a elaborar escritos. Quizá es por eso que escuchar a los músicos dirigidos por el Director Artístico, José Areán, me dejaron con la boca abierta. ¡Qué emoción la mía al escuchar cada instrumento, acoplándose perfectamente uno con el otro! Dando un perfecto inicio con la Obertura a la ópera La fuerza del destino (Giuseppe Verdi), inmediatamente, me sentí en casa.

   Hubo algo que más me sorprendió: había público de todas las edades; me pareció muy constructivo. Niños, adolescentes, adultos mayores. Todos. Considero que fue una muy buena opción para fomentar la cultura y el gusto por el arte en general, música, para hablar claro. ¿Cómo eso fue posible? Cualquier respuesta a esto, me hará llegar a la misma conclusión; ¡qué idea tan buena!

   Las piezas me inspiraron algo de melancolía, ternura, intriga y sobre todo, mucha paz. La obertura al holandés errante me pareció majestuosa; ¡vaya manera de iniciar con una pieza clásica!

   La sorpresa del evento, fue la actuación de la soprano, Verónica Murúa, quién se dedicó a interpretar piezas como Fanfarria, Ciudades, Frase, Antiguo, Realeza y Marina, sólo por destacar algunas partes de Les illuminations, Op. 18, con una muy distinguida voz en francés.

   Al final, lo mejor. La Sinfonía No. 9 en mi menor, Op. 95, Del nuevo mundo. (Antonin Dvorák). Considero que fue la parte más emotiva y sentimental de la tarde- noche. Con un épico final con Allegro con fuoco, la OFCM finalizó su primera presentación de la jornada, el día 12 de enero del año en curso.

   A veces, es bueno despejarse un rato de los géneros musicales que solemos escuchar: no hay nada mejor que entrar en tu propio mundo, viajar y volar el tiempo que sea necesario, para sentirse mucho mejor de lo que se está, y luego, regresar.

La evidencia.